Sus clientes han llevado sus preparaciones a diferentes partes del mundo. Convirtiendo el sello artesanal de sus productos en una verdadera Marca registrada del Maule Sur.
Yungay 194 esquina Colo Colo es un lugar donde se respira la historia contemporánea del Linares urbano, ícono y referente de «carnicería de barrio».
Al ingresar se percibe un aire «vintage» que evoca a épocas de niñez, de un Linares a escala humana en donde se vivía el barrio a pleno y todos nos conocíamos, nos saludábamos y compartíamos con nuestros vecinos. Al recorrer los diferentes espacios de la carnicería y fábrica de cecinas aparecen las antiguas y nobles máquinas ligadas al oficio, así como los aromas a orégano, pimienta, cilantro, ají ahumado y otros aliños que siempre han inundado ese ambiente. Son el complemento para esta atmósfera de magia y nostalgia.
El hombre detrás de este icónico patrimonio urbano ligado a nuestra idiosincrasia local es Nelson Hernán Melo Acuña quien lleva más de 70 años en el rubro. A don Nelson nadie le regaló nada, llegó a Linares siendo un niño junto a su madre y hermanos. Con ocho años comenzó a trabajar en el mercado ayudando a sus tíos que tenían carnicería en ese histórico lugar. Aprendió lo que tenía que aprender y con 20 años y sin un peso en el bolsillo arrendó un local en el mismo mercado solo con la fe, el ímpetu juvenil y las ganas de salir adelante y ayudar a su familia. Fue así que por esas cosas de la vida, pasó por el lugar el «mono Vásquez», un conocido distribuidor industrial de carne de esa época quien al ver a «Melito» instalado «con las patas y el buche», se conmovió y decidió ayudarlo, proporcionándole medio vacuno a crédito. Así comenzó esta historia que ya bordea los 60 años. Desde ese entonces don Nelson nunca más paró, y es que este hombre de aspecto menudo y compuesto, conserva una energía envidiable.
En su caminar por el rubro de las carnes se cruzó con un maestro de origen alemán, quien le enseñó todos los secretos del mundo de las cecinas y embutidos lo que Nelson Melo transformó en «la especialidad de la casa», haciéndose rápidamente conocido por la excelencia de sus productos y consolidándose en el mercado local, haciendo que hoy «Cecinas Melo» sea reconocido como una marca cotizada. Sus clientes han llevado los productos a diferentes partes del mundo como México, Italia, Alemania, Francia, Camerún, España, Brasil, Argentina, entre otros.
Cecinas Melo ha sabido reinventarse en el tiempo lo que le ha permitido salir airoso a las diferentes crisis del rubro. Eso sí nunca ha renunciado a las preparaciones artesanales que han marcado su sello lo que hoy lo tiene en una posición de avanzada en la región, siendo el «arrollado», el producto más solicitado. «Antes no se apreciaba mucho la calidad o preparación del producto -comenta Nelson- solo se privilegiaba el precio. Hoy las cosas han cambiado y la gente valora lo artesanal» -recalca. «Mientras yo esté vivo, la preparación artesanal seguirá inalterable «-afirma con convicción.
Se declara enamorado y agradecido de Linares, ciudad «que me ha dado todo » -comenta-.
Reflexiona sobre los viejos tiempos: «Lo que más extraño es el respeto que los jóvenes demostraban por la gente mayor y por todo su entorno. Hoy esas cosas se han ido perdiendo, quizás por la falta de educación cívica en los colegios» -sentencia. «En cuanto al futuro me gustaría ver a mi ciudad con una mejor planificación urbana, que no contemple tanta destrucción de terrenos cultivables y se propenda a una construcción más sustentable»-remata-.
Nelson Melo está ad portas de los 80 años y la palabra retiro no está en su diccionario. Sigue siendo el maestro de todas las preparaciones que vende. El paso siguiente de «Cecinas Melo» lo debiera dar uno de los hijos del patriarca quien se encargaría de la modalidad «delivery», con una presentación y una performance adecuada a los tiempos que corren, eso sí, sin perder la esencia artesanal que ha caracterizado a través de décadas a estas cecinas con ADN 100% Linarense.
POR: Leo Albornoz.-
