Reportajes

El “Tren Chico” Linares – Panimávida.

Un tren que unía sueños, poblados y vidas en un Maule profundo. Historias y sueños olvidados en las viejas estaciones.

 

El 27 de octubre de 1874, llegó a la ciudad de Linares el primer tren en el marco de la construcción del ferrocarril longitudinal sur.

Una vez establecida la vía longitudinal en Linares, rápidamente surgió entre los hacendados y personas influyentes de cada ciudad, el interés por construir ramales que acercaran la producción agrícola de sus haciendas más alejadas hasta las estaciones del ferrocarril central.

Fue así como surgió el interés por la construcción de un ferrocarril que permitiera el transporte de la producción agrícola de la zona de Colbún y que además sirviera para el transporte de pasajeros hasta las “Termas de Panimávida”, las cuales, en ese entonces, ya gozaban de gran prestigio a nivel nacional, tanto por sus baños termales como por su agua embotellada. Pero dado la precariedad de las vías de acceso, se hacía difícil acceder a las termas en forma rápida y cómoda.

En 1905, las autoridades de Linares plantearon la construcción de un ferrocarril “económico” con una trocha de 60 cm que uniera Linares con Panimávida y Colbún, favoreciendo de esta forma a las pequeñas comunidades por las cuales pasaría la vía férrea.

El 27 de abril de 1913, se celebró en Yerbas Buenas el centenario de la batalla por la independencia. Entre los actos conmemorativos se llevó a cabo un viaje oficial con autoridades entre Linares y Yerbas Buenas, inaugurándose en este evento el primer tramo del ferrocarril.

Sin embargo, se considera como viaje inaugural el que tuvo lugar al año siguiente, el 1 de febrero de 1914, entre Linares y un lugar denominado “Punta de Rieles”, a 3 kilómetros de Panimávida.

A pesar de la corta distancia restante, debieron pasar cinco meses, hasta julio de 1914, para que las vías llegaran hasta Panimávida, y finalmente hasta Colbún en 1915, quedando conformado el tramo completo del ramal por: Estación Linares – Paradero Arrayanes – Estación Yerbas Buenas – Paradero Abranquil – Estación San Juan – Estación Panimávida – Estación Colbún.

Por aquellos años, los otros medios de transporte eran muy precarios y los caminos públicos casi inexistentes.

Cuarenta años más tarde, tal como ocurrió con muchos otros ramales de trocha angosta. Los caminos habían mejorado y ya se había incorporado la competencia de microbuses y camiones. El «tren chico”, cómo era conocido, despojado de su relevancia y glamour inicial, comenzaba a dar indicios de una lenta e inexorable retirada y solo se mantenía para transportar pasajeros más sencillos, como campesinos y estudiantes.

Un fatídico viernes 9 de octubre de 1953, la tragedia selló para siempre el destino del tren chico…Faltando minutos para las 5 de la tarde, el pequeño tren, chocó con un microbús repleto de pasajeros. La caldera de la locomotora se rompió y el agua hirviendo cayó sobre los ocupantes del bus, lo que provocó la muerte de 22 personas, producto de las graves quemaduras.

Luego de este traumático acontecimiento, no hubo más gestiones en torno a su mantención y fue así como al año siguiente en 1954, un frío domingo 20 de junio , el «Tren chico» hizo su último recorrido saliendo desde la estación de Colbún hacia Linares, dejando atrás cientos de historias que quedaron esparcidas entre el paisaje rural, los rieles abandonados, las estaciones solitarias y los pueblos y caseríos que nunca más sintieron el silbato alegre y bullicioso del querido trencito que iba y venía día tras día, año tras año, conectando vidas y sueños de nuestro Maule profundo.